La Westmalle Tripel es conocida como "la madre de todas las tripels", y con razón. Con un respetable 9.5% de alcohol, esta cerveza de color dorado profundo es un referente del estilo tripel belga. Se caracteriza por su espuma blanca y cremosa y un aroma que combina frutas maduras, especias y un toque de lúpulo floral. Su sabor es complejo y bien equilibrado, con un dulzor de malta que da paso a una sequedad especiada y un amargor suave, lo que contribuye a un final largo y seco.
Esta cerveza potente pero equilibrada es ideal para acompañar con platos igualmente ricos en sabor. Prueba la Westmalle Tripel con quesos de sabor intenso como el Stilton o el Roquefort, o con platos principales como un risotto de hongos o un plato de mariscos bien condimentado. Su naturaleza compleja también la hace una excelente compañera para postres como un crème brûlée o una tarta de frutas.